Las partículas solares llegan cargadas a la tierra y chocan con la magnetósfera de la Tierra. El núcleo de la tierra produce un magnetismo y unas ondas que al mezclarse con estas partículas producen esos colores reflejados en el cielo. Son inofensivas.
Normalmente se observan durante la primavera (marzo y abril) y el otoño (septiembre y octubre). Sin embargo, este fenómeno se produce en otras épocas del año pero con menor intensidad.
Este fenómeno puede observarse principalmente en la parte central de Alaska y Canadá hacia el extremo sur de Groenlandia y Islandia.
Los colores se producen por la mezcla de los átomos y moléculas presentes en nuestra atmósfera. El color verde se produce por el exceso de oxígeno al igual que algunos tonos amarillentos.
Este espectáculo dura un promedio de 25 minutos, aunque puede durar horas según la época del año y la posición donde nos encontremos.